La gestión de carteras es una visión sistemática en la que enfocamos la administración de carteras de una forma general e interrelacionando.
Cada una de sus partes para buscar el mayor grado de diversificación y control del riesgo. Esto nos permitirá lograr la mayor rentabilidad del portafolio de activos.
La gestión de una cartera es clave tanto para particulares, instituciones, fondos y otros inversores, que pretenden tener una combinación óptima de activos para lograr sus objetivos de inversión.

La gestión de carteras se compone de diferentes aspectos a seguir. Con tal de facilitar la toma de decisiones e intentar evitar las decisiones arbitrarias que pudieran darse en momentos de volatilidad y estrés en los mercados. Estos ítems son:
- Evaluación del cliente: En el caso de gestionar la cartera de un tercero, deberemos tener una reunión con nuestro cliente para poder categorizarlo. Hay diferentes perfiles de clientes dependiendo de múltiples aspectos como edad, aversión al riesgo, situación laboral, necesidad de disposición del dinero a corto plazo, cuestiones fiscales, etc.
- Concreción de los objetivos: Una vez conocido el perfil del cliente se deberán establecer objetivos numéricos de rentabilidad y riesgo.
- Estrategia general de activos: Aquí deberemos establecer que porcentajes de la cartera destinamos a los diferentes activos. Por ejemplo, 50 % renta variable, 30% renta fija soberana, 20% materias primas y 10% bonos corporativos.
- Selección de activos: Se trata de perfilar dentro de cada tipología de activos qué valor en concreto queremos adquirir. Es decir, dentro de la renta variable qué empresa comprar o dentro de la renta fija en qué país invertir. Esta parte suele ser la más difícil.
- Control y monitoreo de la cartera: En este apartado la estrategia ya estará en funcionamiento y nuestra labor será la de hacer un seguimiento e ir balanceando la cartera si sufre desequilibrios. Por ejemplo, si por el tipo de cliente solo invertimos en renta fija de países con una valoración crediticia alta. Por cierto motivo, el país en que estábamos invertidos sufre una caída de su estatus crediticio, deberemos vender y buscar otro país donde invertir.
Como veis para gestionar bien una cartera se debe desempeñar una correcta labor inicial de estudio de necesidades del cliente. Todo ellos seguido de una adecuada selección de activos y de un monitoreo constante de la cartera, para que siempre se ajuste a la tipología de cliente o inversor que somos.

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